Como Hijos de Dios no podemos tomar el Trabajo de Las Relaciones como algo simple y de ninguna importancia, y mas bien debemos de prestar atención a como nos desarrollamos en ( amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza ) y nunca el enfrentar la Realidad de que en las Relaciones personales, vamos a salir siempre de alguna u otra manera afectados, pues lidiamos con seres Humanos que se equivocan ( como nosotros mismos ) y debemos de poder mas bien el poder ayudar y permitir el ser ayudados a sobreponernos de las malas Relaciones y llevar Gloria a Dios por medio de las mismas; En esta ocasión le daremos un vistazo a la Parabola de El Trigo y la Cizaña y darle una aplicación personal y doctrinal.