En el capítulo anterior el versículo 23, nos habla de haber renacido de una simiente incorruptible, continúa diciendo que por la palabra Dios que vive y permanece para siempre.
Entonces, si somos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17), se espera que haya un comportamiento diferente. No podemos seguir actuando y pensando igual que antes. Y de eso hablan los siguientes tres versículos.